Un día de estos, recogeré todos los autorretratos que he ido haciéndome, a lo largo de muchos años ya, y que reflejan, sin ningún género de dudas, la apisonadora temporal que me ha pasado por encima.
Como siempre es más divertido, sobretodo en estos casos, mirar hacia atrás que hacia el futuro (¡A saber cuánto y qué trozo de piel nos colgará más o menos!). Empiezo con este último. A juzgar por la expresión un tanto triste, no me encontraría en uno de mis mejores momentos.
3 comentarios:
Para que te fíes de mi a partir de ahora, he de decir que no te reconozco, quizás sea la expresión triste, o que Angouleme te sienta bien... no sé.
Un rostro mohíno, si.
Astenia primaveral, quizás..
A mi me sigues pareciendo un galán venezolano.
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