viernes, 9 de abril de 2010

Primeros esbozos de portadas






... de "Et qu'advienne le Chaos", que parece será el título definitivo de la edición francesa.
Hay que dejar listas ya las portadas de los dos libros: LUX y UMBRA. La del primer capítulo es quizás la más complicada. Estos primeros bocetos que muestran a Tito, hablan más acerca de los entresijos históricos y políticos que transitan bajo la trama y de la "presencia" del mariscal en la historia de los protagonistas que de lo que acontece propiamente en el libro.
La del segundo libro es absolutamente evidente y creo que cumple la función de recordarnos el inicio del primer libro y a la vez el final hacia el que se encamina nuestro protagonista...
En fin, escuchemos esos veredictos...


Mientras, no creo que haya mejor presentación para este nuevo trabajo que las propias palabras de Felipe, que adelanto con su permiso:

Después de terminar “Las serpientes ciegas”, y antes de saber la repercusión que dicho álbum tendría, Bartolomé Seguí y yo sopesamos otras posibles historias para Dargaud. Finalmente, y de mutuo acuerdo, optamos por un relato, que va a precisar de dos libros, y que ha tenido diferentes títulos durante su gestación hasta que la editorial francesa se inclinó por uno: “Hágase el Caos”.
El arranque tiene algo en común con “Las serpientes”: un hombre aparece ante el lector, que le acompaña durante un breve espacio de tiempo, lo que se debe a que yo tenía “in mente” escribir hasta tres historias que empezaran con esa misma estructura (ya veremos si lo acabo cumpliendo o no).
Pero en esta ocasión estamos en Londres, en 1953, momentos antes de que, por primera vez, el mariscal Tito, para unos un héroe de la Segunda Guerra Mundial, para otros un monstruo, desembarque en un muelle del río Támesis. Y nuestro protagonista, que se dirige hacia ese lugar, porta una bomba.
En “Hágase el caos” los personajes hablan mucho (lo siento por Bartolomé, que se ha visto un poco más constreñido que de costumbre). El lector, cuando termine el segundo álbum, comprenderá el porqué: en esta ocasión, más que en otras, todo se cifra en las palabras, esas palabras a las que la memoria de unos y de otros se aferran, a veces con demasiada vehemencia, para explicarse a sí mismos y explicar su tiempo.
Y, por descontado, tiene mucho de tributo a dos escritores: John Le Carré y Graham Greene, maestros ambos en desentrañar los laberintos por los que todos los seres humanos transitamos a lo largo de la vida.

Felipe Hernández Cava

2 comentarios:

Nebur dijo...

La de Umbra, genial.M'encanta! i del primer tomo em quedo personalment amb la del mariscal Tito a dalt de la bandera. Pinta també molt bé aquest cómic, Tomeu. Enhorabona!.

Seguí dijo...

Gràcies Ruben, estic d'acord amb tu. Bé, lo de genial és una exageració de les teves que agraeixo =).
Una abraçada, i ens veiem aviat al Salò.